Nuestros fotógrafos

En este trabajo que llevamos acabo desde agosto sobre fotografías antiguas y que hemos llamado “Almuñécar, Siglo XX”, aparte la emoción de los descubrimientos sobre personas, paisajes, momentos, costumbres que componen los trozos de historia de una ciudad y hasta sus rasgos sociológicos y psicológicos, también camina en paralelo el factor estético de los documentos: la técnica y arte de las fotografías mostradas.
Muchas de las instantáneas son anónimas, pero otras sí tienen la firma indeleble de los de oficio. Nombres como los de A. J. Soriano, Joaquín Guidet o Rafael González son la autoría que descubrimos en muchas de ellas; que si bien se presentan anónimas, otras veces
llevan en su reverso el sello del laboratorio.

(La foto de portada y la siguente han sido cedidas por Eduardo Guidet)



Y es en esa calidad artística de aquellos fotógrafos cuyo estudio inmediato solía ser la calle, es su arte innato, su gran labor periodística, sin saberlo ellos entonces, la fuerza documental de lo mostrado, lo que más emociona de este trabajo que se limita, para nosotros, a escoger o intentar recuperar, en algunas ocasiones, el enorme y esforzado trabajo de aquellos hombres que supieron retratar paisajes y gentes de nuestro pueblo.

De entre ellos, hay dos especialmente recordados por todos los que nos expusimos al objetivo de sus cámaras: Soriano y Joaquín Guidet.

Del primero sé poco, aunque sí esa singularidad de que se hacía acompañar de uno o varios perros que debían ser atrezzo en sus fotografías y compañía en su trabajo solitario.

Del segundo, todos recordamos su presencia grande, su carácter apacible y la paciencia para retratar niños, el flequillo negro sobre su frente amplia y, sobre todo, aquel puro siempre entre sus dedos, amarillos del tabaco, pero también en buena parte de los productos químicos utilizados para sus revelados en el cuarto oscuro. Joaquín era la prensa local de entonces, la rúbrica que demostraba que el acto social había sucedido y, en nuestro caso, es uno, acaso el más interesante, de los  historiadores gráficos de esta particular aventura. Advertimos en sus trabajos de retratos callejero al gran artista que se materializa en sus encuadres, en el difícil arte de manejar luz y sombra en exteriores e interiores, la justa exposición del negativo y, sobre todo, la difícil sensibilidad para captar el momento justo que es precisamente el gran secreto de los grandes que se han expresado desde el objetivo de una cámara.

Desconozco si los herederos de Joaquín Guidet guardan todo o parte de esos documentos, pero sería muy interesante que la máxima Institución municipal se interesara por recuperar parte de ese archivo, que es sin duda un importante legado de la historia de Almuñécar, y sobre todo la recuperación y el reconocimiento de un gran profesional de la fotografía.

También de Joaquín Guidet incluimos dos instantáneas donde se aprecia su trabajo como retratista social. Ambas fotografías son de la Colección Celorrio Guirado y fueron tomadas en un cotillón de fin de año de 1962 del Hotel Sexi.


Como ejemplo de documento periodístico, también de la Colección Celorrio Guirado, una fotografía de la visita de un prelado a Almuñécar. En esta ocasión no podemos precisar la autoría del retrato, pero probablemente hay que datarla en 1953, y posible que pudiera ser de A.J. Soriano

esta reunión de amigos, muy intergeneracional, fue retratada por J.A. Soriano en los cincuenta


Quede nuestro reconocimiento a los tres fotógrafos mencionados